Bodega Vizcarra: Ribera del Duero de Sobresaliente

Lo de Bodega Vizcarra no es una opinión exclusiva de CataTú. Los principales críticos de todo el planeta, año tras año, no solo lo confirman, sino que, además, van mejorando las calificaciones.

Y sus puntuaciones en el mundo del vino son lo que los exámenes de junio a la Universidad. El reconocimiento a 365 días de trabajo. En realidad, en la viña son muchos más. Incluso décadas. La dificultad es aún mayor. Examinarse todos los años de una misma asignatura y seguir sorprendiendo no es nada fácil.

Más si se tiene en cuenta que el temario va cambiando con las lluvias, los días de sol, la temperatura, … y mil factores que van apareciendo, de repente, cada día. Vizcarra, además, consigue el más difícil todavía: poner de acuerdo al Tribunal examinador más exigente.

Bodega Vizcarra un ejemplo del buen vino de la Ribera del Duero

Vinos de Sobresaliente

Pues así es. Robert Parker, Peñín, y Josh Reynols, entre otros, coinciden en sus sobresalientes calificaciones. No hay más que dejarse sorprender por Celia o Inés, sus vinos más reconocidos. El que lleva el nombre de la mayor de las hijas de Juan Carlos Vizcarra casi casi tiene Matrícula de Honor. Desde los 97 puntos concedidos por Proensa hasta los 94 de Peñín. Eso sí, sin olvidar los 95 de Parker

¡Demasiado cerca del 10 de Nadia Comaneci! Por si todo esto fuera poco, aún hay más.

Lo normal es que cualquiera de los cinco vinos que elabora la bodega tengan puntuaciones por encima de los 90. Solo hay que mirar las tablas de calificaciones. Ser el alumno aventajado de la clase tiene su recompensa y reconocimiento.

Vizcarra pionero en Ribera del Duero

Sí, el primero de la clase. Allá cuando empezaba la década de los años 80 el padre de Juan Carlos Vizcarra apostó por el cultivo de la viña a orillas del río Duero.

Tiempos en los que aún nadie creía en el potencial de la uva de una de las denominaciones de origen más reconocidas de España y de todo el mundo. También alumno aventajado.

Siempre con espíritu innovador. Así, lo demuestra la elaboración del primer y único tinto de maceración carbónica de Ribera del Duero en 1995.

El resultado como no podía ser de otra forma fue de … ¡sobresaliente!  Gran medalla de oro en el concurso Bacchuss del siguiente año.

Bodega Vizcarra, viticultura de precisión

Desde entonces muchas cosas han pasado en Vizcarra, pero no por sus vinos.

Mantienen intacta la esencia que caracteriza a la bodega. Máxima expresión de las diversas viticulturas que practica, tanto en los más jóvenes como en los más especiales.

Mientras, a la vez, va sumando la experiencia de quien repasa la lección, añada tras añada. Todo para seguir aprendiendo y mejorando.

Así, con el fruto de un viñedo tan diverso en antigüedad como en composición de los terrenos, Vizcarra elabora cinco vinos de sobresaliente. Y no solo lo dicen los críticos.

Terreno y localización, secreto del éxito.

Las responsables son 55 hectáreas de viñedo de Tempranillo, en formación de vaso y espaldera.

A las que hay que añadir otras más de Merlot, Garnacha y otras variedades foráneas.

La esencia para conseguir vinos con características y personalidad propias.

Repartidas en pequeñas parcelas y cuidadas hasta el más mínimo detalle. Pagos como Los Barriles y Carrascal, los más antiguos, o los de La Ambuena, La Ribota, Senda del Oro, o Torralvo.

Todos ubicados en la provincia de Burgos en las inmediaciones de las localidades Mambrilla de Castrejón y Roa de Duero.

Sin duda, el corazón de la Ribera del Duero.

Sobresaliente por su singularidad

Y es que sobresaliente es, precisamente, lo que sobresale de lo considerado normal. Ni más ni menos y eso es lo que sucede en Vizcarra.

Un proyecto un tanto atípico para la zona de Ribera del Duero empezando por su elaboración por gravedad.

Solo así es posible transmitir todos los matices de la potencia y sensaciones de los vinos de la Denominación de Origen.

Vinos frescos en esencia, pero sin que pierdan ni un poquito de su elegancia. Además, cada uno con su personalidad.

Eso es precisamente lo que transmite Torralvo, otro de sus más grandes vinos.

Además, también está, Senda de Oro que se elabora con las viñas más jóvenes.

Vizcarra que es el vino crianza de la casa con 15 meses en barrica y el fruto de las cepas que dieron origen a la bodega.

Mientras que Torralvo, Celia e Inés proceden de tres viñedos tan singulares como únicos. La máxima expresión de lo que quiere contar la bodega a través de sus matices y sensaciones.

Todo el potencial de su terrorir plasmado en una copa de Matrícula de Honor. El examen final de un alumno aventajado que no hay que dejar de probar.