Comprar vino directamente de Pago de Larrainzar

Este lugar es especial. Somos la quinta generación de los Larrainzar en esta finca única, un tesoro en el Camino de Santiago navarro, a medio camino entre Logroño y Pamplona.

La propiedad se compró al cercano Monasterio de Irache a mediados del siglo XIX. Los monjes ya hacían vino en este mismo lugar y nuestro tatarabuelo comenzó a elaborar sus propios tintos en su pequeña bodega inaugurada en 1891.

Durante décadas la familia se dedicó al mundo del vino y, aunque nos desvinculamos en los años 70, fue en 2001 cuando nuestro padre, Miguel Canalejo Larrainzar, decidió rescatar los recuerdos de su infancia y volver a elaborar vinos en su casa, junto a sus hijos.

Todos nuestros vinos proceden de nuestro propio viñedo, que es extiende por 17 hectáreas a los pies del Monasterio de Irache. Tras un estudio exhaustivo de las tierras y su climatología, elegimos plantar aquellas variedades que mejor pueden expresarse en este terruño, siempre con la vista puesta en los vinos de ensamblaje. Así, plantamos diferentes clones de Tempranillo, Garnacha, Cabernet Sauvignon y Merlot, cuatro grandes variedades que juntas hacen vinos elegantes, sabrosos y perfectos para el envejecimiento.

Tras la vendimia manual, que normalmente se alarga hasta finales de octubre, cada pago de nuestro viñedo iniciará el proceso de elaboración por separado, de forma que partimos de muchos vinos ya terminados antes de decidir el ensamblaje final, esa armonía que hace que un vino sea memorable.

Buscamos hacer vinos amables, elegantes, que puedan evolucionar en botella y hacerse más grandes con el paso del tiempo. Son producciones limitadas y la mayor parte se exporta fuera de España.

Este mundo del vino es nuestra pasión y desde el primer día hemos estado abiertos al Enoturismo. Nos enfocamos en la viticultura, la parte más desconocida y la responsable de la singularidad de los vinos. Por eso, junto a la moderna bodega, encontraréis el Jardín Vitícola, con más de 25 sistemas diferentes de conducción y poda de la viña. Algo único en España, que sorprende a todo el que nos visita.

Estos vinos son mensajeros de nuestra tierra y de nuestra historia. Son nuestra manera de transmitir el amor que sentimos por este lugar de extraordinaria belleza.