Comprar vino directamente de La Calandria - Bodegas Pura Garnacha
Denominación de origen: | Navarra |
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Dirección: |
C/ MAYOR 189 |
Sitio web: | www.puragarnacha.com |
Teléfono: | 610438879 |
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Email: | javier@lacalandria.org |
La filosofía de La Calandria es elaborar vinos para disfrutar, y para disfrutar de un vino debe ser bueno. Por que la vida es muy corta para beber mal vino.
Para que un vino sea bueno debemos tener uvas que sean perfectas y que provengan de terrenos únicos, diferentes y especiales.
Luis y Javier van buscando lugares especiales donde las viñas tengan una personalidad propia, y ahora están en Murchante, Cintruénigo y Tierga, pero quien sabe donde estarán en futuro.
Lo que sí sabemos, es que sus vinos emocionan, garnachas golosas, carnosas y elegantes, que nos transportan a terrenos diferentes, golpeados por el Cierzo que les hace más fuertes y más llenas de vida.
Sus elaboraciones van desde vinos tradicionales, vinos naturales y vinos rancios.
Esta bodega es apreciada y valorada en todo el mundo, por la profesionalidad con la que elaboran los vinos, y la personalidad única que los terrenos aportan a vinos como Tierga, Cintruenos, Volandera, Sonrojo.
Pero no queremos olvidarnos de los vinos más especiales y codiciados como son los vinos rancios. Los Niños Perdidos.
En palabras de la bodega:
Lo primero que se nos dijo fue que si queríamos hacer un vino rancio teníamos que ir en busca de madre. Los Niños Perdidos nacen de todo lo que viene ocurriendo desde entonces. Cuando salimos al encuentro de las madres nos convertimos en exploradores, arqueólogos y detectives enológicos.
Niño Perdido rescata una tradición en peligro de extinción. El territorio en el que nos concentramos se extiende desde los Pirineos meridionales hasta las faldas orientales del Moncayo, los límites entre Navarra y Aragón. Pueblos en abandono, en los márgenes que, precisamente por encontrase así, han preservado este legado.
No son madres de grandes bodegas con “grandes historias” detrás, son madres de familias humildes, anónimas, tonelicos que desde su rincón y sin prisa siguen entregando este tesoro enológico.
Tienes en tus manos uno de los Niños Perdidos. La búsqueda continúa y nuestro anhelo es hacer crecer y conservar este archivo de madres vivas. Cada una es tratada como un registro único y la historia que carga se preserva como valioso material documental. La cueva del Niño Perdido será el lugar donde cuidemos de este inventario, una pequeña bodega familiar excavada en la montaña, en plena Laponia aragonesa. Ahí fue donde encontramos la madre nº 1.