Comprar vino directamente de Bodega Alto de Inazares

Información de la bodega Alto de Inazares

En el año 2010 decidimos hacer realidad nuestro sueño de plantar viñedo en la cota más elevada del continente europeo y así nos lanzamos a crear vinos singulares a partir de uvas cultivadas en condiciones extremas. Para ello elegimos un enclave natural e inalterado, situado a 1.373 m de altitud, en la Región de Murcia, (sureste de España).

Tuvimos que experimentar la capacidad de adaptación de las viñas a unas rigurosísimas condiciones climáticas y a un suelo rocoso, aún virgen, en el que la fauna silvestre y los fenómenos climáticos iban a condicionar decididamente el cultivo del viñedo.

Como compensación a unas condiciones de cultivo tan duras, la tierra nos ha regalado unos vinos amables, frescos, aromáticos y equilibrados, que elaboramos con la mínima intervención. Tras un estudio minucioso de las variedades que podrían soportar estas difíciles condiciones de cultivo, seleccionamos un cepaje originario del Norte de Europa que, gracias a la altitud, pudiera adaptarse a un terruño del cálido del Sureste de España.

Este reto nos ha llevado a ser pioneros en la introducción del cultivo de la Pinot Noir en la Región de Murcia. Nuestras variedades Blancas: Viognier, Chardonnay, Gewürztraminer, Sauvignon Blanc, y Riesling. Tintas: Syrah y Pinot Noir y en zonas de menor altitud Monastrell, porque no soporta bien las alturas.

El proyecto está pilotado bajo la creatividad de la enóloga M. J. Fernández Llamas que se implica a lo largo de todo el proceso de producción: desde la plantación y el cultivo del viñedo, hasta que el vino está terminado.

Vinos Ecológicos: En Alto de Inazares trabajamos bajo la premisa de que el respeto por la naturaleza es clave para los vinos que perseguimos. Por ello nuestro viñedo y nuestra bodega se encuentra inscritos en el catálogo del Consejo de Agricultura Ecológica de la Región de Murcia.

La Bodega: Está concebida como proyecto modular, realizado con contenedores marítimos reciclados, con mínimo impacto ambiental, integrados en el paisaje y protegidos contra la radiación solar. Para los módulos de guarda y crianza se emplean contenedores frigoríficos. La distribución interior se asemeja a un submarino, donde la meticulosa organización permite la optimización del espacio últil. Se trata de una edificación sostenible, donde confluyen desde la recuperación de materiales residuales, construcción con cero residuos, mínima huella de CO2, hasta la reducción de consumo energético.

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