Vinos de Albariño, Bateas y hórreos. No se puede entender Galicia sin el botafumeiro, la concha del peregrino, la de los mejillones y las almejas, la cerámica de Sargadelos, los tardíos anocheceres, los días de playa que acaban con chubasquero y paraguas o esa humedad que se mete hasta los… Ya se sabe allí arriba, en el Noroeste, lo normal es que, como con los pimientos de Padrón, unos días llueva e outros non.
Y por fin se llega a lo de la gastronomía porque tampoco hay que olvidar el pulpo a feira, la tarta de Santiago o el licor café. Eso, para ir abriendo boca o cerrando estómago porque hay mucho más. Empanadas, lacón con grelos, chorizo con cachelos, cocido, callos con garbanzos, androlla, lamprea, roxons, filloas … y eso sin llegar aún a los mariscos. Irresistibles.
Contenidos
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Albariño, reina de Galicia y de la buena mesa
Pues lo mejor es que todos maridan a la perfección con sus excelentes vinos blancos. Albariño, Godello, Treixadura, … y ¿Ribeiro? No, la última no es una variedad o un tipo de vino. Más bien se refiere a la denominación. Será cosa de meigas, pero es una confusión de lo más habitual y no solo pasa en Galicia. Para sorpresa de muchos hay Albariños de Ribeiro y viceversa.
Por cierto, todos sensacionales. Aunque la fama y la tradición se la llevan las Rías Baixas. No es de extrañar, por tanto, que entre la de Arousa y la de Vigo, más del 90% del viñedo se dedique a su cultivo.
Hasta el vermut para el aperitivo lo elaboran con… ¡albariño! Todo para dar lugar a un contraste en el paisaje, el de las bateas en el mar y el de las viñas elevadas tierra adentro.