Maridaje

Roastbeef en Pizza

Llevo unos días más agilipoyado de lo normal. Lo sabes. Y pese a todo esta mañana hemos salido a dar a una enorme vuelta por el río. Paseando de la mano. Mirando los cormoranes, que a esas horas están posando, indolentes y precisos, a la espera de un gran angular que plasme su digna belleza. Y descubrí una enorme carpa. Extrañado. Nunca imaginé que hubiese tan grandes en ese riachuelo. Jajaja.

Fue una delicia. Como siempre. Así que, al volver a casa, me he puesto a amasarte. Bueno. A amasar para ti. Un pan. Harina, agua, aceite, sal, levadura y un toque de azúcar. Con tranquilidad, lo mezclé. Y con mimo, lo emplasté hasta que la masa decidió quedarse suave. Y lo dejé.

Recuerdo otros paseos. Sobretodo el primero que dimos. También por el río. ¿Sonríes? Solo hablaba del paseo. Y de cómo querías hacerme pasar una prueba. Todo sonrisas yo. Y tú enfurruñada. Buscando altas rampas donde deslomarme.

Y lo delicioso que fue parar a tomar una cerveza, con el sol de primavera reflejada en tus gafas de sol, y la dureza de tus rasgos, cuando algo no te cuadra.

Pero, mientras estufa la masa, enciendo el horno a 230. Hago una cama fina de sal gorda. Y planto la picaña, con la grasa para abajo encima. 20 mns por kilo. Y como es medio, solo diez.

Y me relajo recordando cuando te cogí de la mano.

Sé andar sola. Jajaja

Ya anocheció. Y no es una noche enorme. Solo una pequeñita. Estaré solo en la inmensidad de las dunas en que se convierte mi cama sin ti. Sin siquiera unas gotas de lluvia que se apiaden de mí.

Revisé un par de veces que la levadura estuviese trabajando. Y lo está haciendo bien. Creo que la mezcla funciona.

Así que ya llegó el momento. Enciendo de nuevo el horno. A 250.

Me abro un Erial de Bodegas Epifanio. Un Ribera de Duero, crianza, para perderme en sus aromas frutales que se mezclarán divinamente con el bocadillo se lujo. Y así esperar a que vengas.

Estiro la masa y la coloco en su bandeja. Pongo la salsa de tomate y un toque de orégano. Y al horno. Que quede crujiente.

Ya sólo queda cortar la picaña. A la contra. Y muy fino. La extendemos por la pizza. Y ésta, la enrollamos cuál bocata.

Y con la copa de vino en una mano, seguir buscando recuerdos de nuestro futuro.

Ingredientes. 4 p.

300 gr de harina de fuerza.

1 cucharadita de levadura de panadero

1 de sal

1 pizca de azúcar.

150 cltr de agua

1 cucharada de aceite de oliva virgen

200 gr de salsa de tomate.

Orégano al gusto.

500 gr de Picaña

Unas 5 cucharadas de sal gorda

Miguel López Castanier

Cocinero, escritor, amante de la comida a fuego lento. Escritor por pasión y soñador por castigo.

Aventurero de las letras y los fogones.

Madrileño con raíces marsellesas, con 30 años de experiencia en las cocinas más elegantes y exclusivas del mundo.

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