Desde hace mucho tiempo se viene usando barricas de madera para la crianza de los vinos, para su afinamiento y redondeo, es decir para que en ellas, el vino se vuelva más agradable al paladar. Esto es debido a la micro oxigenación que le aporta los poros de la madera, que de manera controlada reducen las aristas del vino, esas sensaciones desagradables al beberlo.
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¿Cuáles son los materiales que más se usan para barricas de vino?
La madera más utilizada en las barricas es el roble, siendo los más habituales el roble francés y el roble americano. Estos robles aportan aromas agradables al vino y el famoso tanino que es dulce y hace que la sensación en la boca sea agradable y delicada.
Por precio suele usarse de manera más usual el roble americano (Quercus Alba) esto es debido a que de la misma cantidad de madera se pueden producir mayor numero de barricas. De un metro cúbico de roble americano podemos producir 4 barricas, mientras que de un metro cubico de roble francés(Quercus Sesilis) solo podemos producir 2 barricas.
Otra de las ventajas que tiene el roble americano sobre el roble francés es la durabilidad, ya que puedes criar vinos durante más años en una barrica de roble americano que una de roble francés, porque el poro del roble americano es más irregular y por tanto más grueso y el tostado es más profundo y más intenso.
También hay que decir que el poro del roble francés es mejor para las largas crianzas por su homogeneidad y sus aportes son muy elegantes y especiados.
Pero también hay mas maderas que se utilizan, desde robles distintos a los habituales hasta el cerezo o el pino. Vamos a detallar estas maderas y cómo afectan a los vinos.
1. Roble Húngaro (Quercus robur)
Un roble de gran calidad enológica, muy similar al roble francés y que aporta muchos matices frutales. Más económico pero con calidades muy variadas que no aseguran los procesos año tras año.
2. Roble español (Quercus pyrenaica)
Esta madera es usada para crianza de vinos tintos, es de gran calidad y aporta notas de caramelo y café. Es escasa y como anécdota debe tenerse en cuenta que la armada invencible se construyo con roble español pero no se planteo el tema de replantar para mantener el roble en cantidades importantes.
Exclusividad con señas de identidad propias. Tempranillo de Peñafiel seleccionado racimo a racimo en viñedos de más de 30 años y madera de roble de los Pirineos en el que reposa durante al menos 12 meses para un vino único y tan lleno de personalidad como de sabrosas sensaciones.
PRECIO POR
BOTELLA:
29.00€
3. Acacia (Robinia pseudoacacia)
Esta madera se utiliza sobre todo para la crianza y maduración de vinos blancos, puede presentarse en madera sin tostar y madera de tostado medio. Interesante aporte de aromas frutales, una madera que aporta toques diferentes a los vinos.
4. Cerezo (Prunus avium)
Una madera interesante que cada vez se esta probando más y más, ya que aporta al vino notas de frutos rojos y alguna nota tostada de gran calidad. Una madera para seguir su evolución.
5. Pino (Pinus canariensis)
Esta madera es utilizada en las islas canarias, y se caracteriza por los aromas a pino que aporta a los vinos, allí se suele llamar “vinos al tea”.
6. Castaño (Castanea sativa)
El castaño se ha utilizado en la antigüedad para la crianza de vinos y existen en la actualidad estudios en Lugo donde se esta probando la crianza de los vinos en dicha madera. Pero no debemos olvidar que la madera de castaño se usa en la crianza de vinagres de Jerez aportando grandes cualidades a dichos vinagres.
Tras estas pinceladas sobre las distintas maderas que usamos en la crianza de los vinos, debemos tener claro que la barrica es un “afinador” y para afinar un instrumento, en nuestro caso el vino, lo más importante es que sea de mucha calidad para que la afinación sea perfecta.
Podéis probar distintos vinos envejecidos en distintas barricas y maderas, y, sin duda, el mejor lugar donde están todos los vinos es catatu.es.