La importancia de los tipos de corcho para vino. Y es que una de esas cosas que nos llaman la atención cuando pedimos un vino en un restaurante es observar como el sumiller descorcha la botella, y nos ofrece el corcho para olerlo, y luego nos pregunta quien probara el vino. Se deja el corcho en un platillo al lado de la botella para que los comensales puedan tocarlo, olerlo y observarlo, eso denota la relevancia de ese pequeño elemento de la botella, vital en la conservación del vino.
Hasta hace no mucho, los vinos de calidad tenían que presentarse en botella de vidrio y con corcho proveniente de la corteza del alcornoque, pero en la actualidad se van conociendo nuevas formas de cierre de la botella que hacen que estas ideas establecidas en el tiempo vayan cambiando, y que las bodegas busquen soluciones de cierre distintas en función de sus gamas de productos.
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Nuevas formas de cierre de botellas de vino
Estos cambios han surgido por varias razones pero las principales podrían ser:
- economía
- imagen
- y seguridad en la calidad del producto.
Para conocer qué ha motivado este proceso de cambio y ampliación de la oferta de cierres para vinos en el mercado es mejor conocer cómo son y de qué manera se producen los distintos cierres de las botellas y las diferencias que podemos encontrarnos en cada uno de ellos.
El corcho natural usado para tapones de botellas de vino
El corcho natural es el cierre por excelencia de los vinos. Es un producto natural complicado de conseguir ya que se obtiene de la corteza del alcornoque y como todos los productos que dependen de la naturaleza, necesitan tiempo y condiciones favorables para que la calidad sea la adecuada.
Para conseguir una corteza adecuada para la fabricación de corchos, el árbol debe tener un mínimo de 25 años, y tras quitar esa corteza necesitara otros nueve años para poder tener calidad suficiente para la elaboración de los tapones, aunque se suele usar la tercera corteza para empezar a producir corcho, es decir, casi medio siglo para comenzar a producir corchos de calidad.
La corteza se cuece y se almacena para su “secado” por un año y tras este secado se vuelve a cocer y se manufactura para la creación del corcho. El proceso de fabricación debe ser muy riguroso en cuestiones de limpieza y esterilización ya que el corcho puede ser portador de TCA (Tricloroanisol) o aroma a corcho que destruye las características organolépticas de un vino, es decir, que el vino deja de saber a vino para tener aromas a moho.
El corcho natural al ser un material biológico esta expuesto a que algunos mohos generen TCA debido a sustancias cloradas usadas en el proceso de producción de los mismos, o en la limpieza de la bodega, etc.
Se estima que el 3% de la producción de vino embotellado mundial tiene este problema. Pero no debemos olvidar que el corcho no es el problema sino el medio de transporte donde se encuentra dicho peligro. Y gracias a la investigación y al buen hacer de los corcheros se reducen los porcentajes de TCA en los corchos, aunque sigue existiendo un pequeño porcentaje en el mercado.
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Has dado en el punto con este post , realmente creo que este blog tiene mucho que decir en estos temas . Volveré pronto a vuestra web para leer mucho más , gracias por esta información .
jocar https://jocar.eu/transportadores-palets
gracias por confiar en nosotros
Hemos desarrollado un sacacorchos que va incluido en el tapón, con cada botella.
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https://sites.google.com/view/conceptoblopp/inicio
Enhorabuena