Aún quedan días de verano… No es lo que dice la canción, pero aún quedan. Muchos. Todos los que aún dure el gustito de rascarse las picaduras de mosquitos, la arena de la playa en los bolsillos, o el inconfundible recuerdo del aroma del aftersun y, sobre todo, mientras aguante la marca del bañador y la mascarilla.
Eso sí que son días de verano. Los del café con hielo, los de la amenaza de un corte de digestión y los de perder la noción del tiempo hasta no poder recordar ni el día de la semana. Lo que no hay que olvidar nunca a la vuelta es el usuario de la web CataTú. Eso sí, este año se han echado de menos a los guiris sonrosados, las verbenas de los pueblos y hasta la reposición de Baywatch. Ahora sí que no quedan días de verano, para pedirte perdón…
El vino y el mar: auténtico amor de verano
Pues no hay mejor forma de hacerlo que con una copa en la mano y la mirada perdida en el horizonte. No hay mayor amor de verano que el de El vino y el mar. ¡Si Hemingway lo hubiera escrito antes…! O Bogart, que de amores, vinos y veranos también sabía lo suyo.
Y es que lo del vino y el mar va para largo. Tanto que desde hace años la crianza de algunos vinos se realiza con las barricas sumergidas en el Mediterráneo e, incluso, en el Cantábrico. Eso es ya otra historia, lo de hoy va de vinos a otro nivel. Por encima. Sobre el del océano. De los de a primera vista y hasta que comieron perdices, aunque son más de cocinarlas en enero. Más de paseo marítimo, de terraza y chiringuito, con sandalias, sin calcetines y de disfrutarlos siempre con vistas al mar.
Mar Blue y Mar Sun de Bodegas Ruiz Torres
Empezando por Extremadura. No es un error. Tiene el honor de ser una de las regiones con más costa de toda Europa. Eso sí, de agua dulce. Ríos, lagos y pantanos… Más incluso litoral incluso que Baleares. En total casi 150 kilómetros. Casi nada. Increíble, pero cierto. No es de extrañar, por tanto, que desde Ribera del Guadiana llegue Mar Blue.
Sí, auténtico vino azul como el mismísimo océano, para el vino más atrevido de Bodegas Ruiz Torres. Semidulce de la variedad autóctona Pardina lleno de sensaciones tan refrescantes como la espuma de una inesperada ola. Y si lo que se quiere es maridarlo con vistas a un atardecer también hay versión Mar Sun.