Todos nos merecemos un brindis

Ya llega el momento. Casi está aquí. Cada minuto en casa han sido 60 segundos menos para volverse a ver y hacerlo de nuevo juntos. ¡Qué ganas! Y todos han sido importantes. Sí, como decía aquel que usa como nadie las palabras, nos sobran los motivos.

Pero sobran de verdad. Solo hay que echar un vistazo a las cocinas. Nunca antes se había cocinado tanto y tan bien. Están que echan humo y huelen que alimentan. Se empezó la cuarentena llamando a mamá para saber si las patatas se fríen antes de hacer la tortilla y muchos la acabarán haciendo esferificaciones para elaborar falso caviar de chocolate. Casi nada, ¿verdad?

Por cierto, por si alguien pregunta… No, sigue estando agotado el nitrógeno líquido en el supermercado. ¡No hubo hogar en España en el que no se hicieran torrijas! Encontrar canela en rama, también Misión Imposible. En cualquier caso, lo nuestro es el vino y ya tenemos ganas de brindar.

Sobran los motivos… para brindar

Eso sí, se tendrá que seguir haciendo en casa, pero algo más acompañados. Con las terrazas abiertas a tan solo el 30% de su capacidad, lo de Benidorm en agosto para poner la sombrilla va a parecer un juego de niños comparado con encontrar una mesa libre.

De puertas para dentro, entonces, mejor así porque las razones nos faltan. Incluso, también, de las cocinas. Por convertir los salones en centros de trabajo, guarderías y colegios, y en salas de juegos. Todo a la vez. Por envidiar la terraza del vecino como si fuera un oasis en medio del desierto y arrepentirse de haber cerrado la propia.

Paciencia, sobre todo, por eso. Aún, hay más… por convertir las bañeras en piscinas, los trasteros en gimnasios y los pasillos en auténticas pistas de atletismo. Uff, demasiados motivos van ya. También, por ser puntuales al menos una vez en la vida a las 8, cada tarde. Son tantas cosas por las que todos, se merecen aplauso y brindis, que es difícil elegir.

Brindis en la Tierra del Sol Naciente

Lo del vino ya es lo de menos porque cada uno debe hacerlo con el que le guste más. En CataTú están casi todos para que se pueda escoger. Importante decisión, pero no tan complicada como la forma de hacerlo.

Hay casi tantas formas de brindar como países hay en el mundo. Cuestión de costumbres. En cada rincón del planeta tampoco les van faltar los motivos, empezando por China.

Allí, lo hacen diferente. La copa hasta arriba, y al centro, pero sin levantarlo más que el anfitrión. Se quedaría fatal por ser de muy mala educación.

Al igual que si queda líquido en el vaso. Vamos que al gigante asiático le va eso de… ¡por Hidalgo, … el que deje algo! Por cierto, que si se brinda en Japón hay que tener mucho cuidado de decir lo de chin chin porque así es como llaman en la Tierra del Sol Naciente a cierta parte del cuerpo que no merecen ni ser nombradas.

Como lo de viajar queda aún muy lejano, mejor centrarse en lo más próximo.

Tan cerca y tan lejos también para brindar

Más cerca, en Francia, lo propio es hacerlo con Champagne y la ocasión merece uno especial. La tradición dice que la copa a la mitad y el truco está en la mirada.

En todo momento directamente a los ojos y tampoco hay que bebérselo del tirón. A pequeños sorbos disfrutando de cada uno. Santé, con pausa y sin prisa.

Más cosas en Hungría si se chocan las copas la cosa puede acabar mal. Pero que muy mal. Es tan ofensivo o más que beber antes que los demás.

Y claro, en Irlanda, el reino de Guiness el tema se puede alargar mas de la cuenta. Por supuesto que se hace con cerveza y lo normal es que cada participante se invite a una ronda. Todos deben pagarla y sino… ¡a volver a empezar! Luego hay brindis y brindis, y los de Rusia son más sencillos que decir Vashe zdorovie.

La clave para integrarse, romper el vaso al terminar. Eso sí, solo si ha quedado vacío, pero bien vacío. Sin embargo, en Georgia sus Tamadas se lo toman con mucho más humor.

En realidad, es todo mucho más sencillo de lo que parece. Solo hay que elegir el vino perfecto, llenar la copa, levantarla y decir bien fuerte…

Je-sond-eit. Gëzuar. Prost. Zum wohl. Կէնաձդ. Nuş olsun. Aung myin par say. Наздраве. Biba. Na zdravi. Živjeli. Nazdravlje. Skål. Na zdravie. Na zdravje. Terviseks. Mabuhay. Kippis. Santé o A la votre. Sláinte. Å’kålè ma’luna. Proost. Egészségedre. Fenékig. Cheers! Skál. Salute. Cin cin. Kanpai. Priekā. Prosit. Sveikatą. Tulgatsgaaya. Skål. Na zdrowie. Saúde. Sanatate. Živjeli. Chok dee. Şerefe. Sei gesund.

O lo que vienen a significar la mayoría de los brindis en el mundo: SALUD. Para todos ahora y siempre que es lo que más se necesita.