Vinos con mucha salsa. Maridajes de toma pan y moja.

Maridaje de vinos y salsas. Sorprendente lo de los vinos y las salsas. Ambos tienen mucho más que ver de lo que puede parecer. Casi, casi se podría decir que hacen magia porque son capaces de convertir al plato más normal en una experiencia realmente extraordinario. No importa si se trata de carnes, pescados, huevos, verduras o, incluso, unas simples patatas fritas. Todos se vuelven de repente irresistibles.

Tampoco se puede decir que sean algo nuevo porque la de soja se remonta en el tiempo a más de 2.500 años. Eso sí, a pesar de su antigüedad no es la más consumida en el mundo. Ese honor se lo lleva, sin lugar a duda, el kétchup. Le pasa un poco como al bacon, que va con todo. Lo más habitual, las hamburguesas y los perritos calientes, pero también al pollo, albóndigas, salchichas, huevos… por haber hay quien incluso se lo echa hasta al yogur.

Maridajes de vinos y salsas, maridajes con mucha salsa y, sobre todo, sabrosones…

Por cierto, solo una curiosidad. Esta salsa de tomate, azúcar, vinagre, sal, especias, condimentos y lo que sea que añadan a la receta no es americana sino originaria del sudeste asiático.

Sí, como suena. ¡Toma ya! Eso sí, de allí (USA) si que viene la BBQ, aunque las hay de diferentes estilos como el Kansas City, Carolina del Norte, Texas y Memphis. Sea como sea, cada país tiene las suyas… Las hay muy conocidas y otras que no tanto. Agridulce de China; Chimichurri de Argentina; Piri piri de Portugal; Boloñesa, pesto o carbonara de Italia; Teriyaki de Japón; Harissa de Marruecos; o Velouté, Tártara, Béarnaise y Bechamel de Francia.

También la mayonesa, aunque el origen de esta última se lo disputa con España. Otra curiosidad, la vinagreta tampoco es española. En realidad, es de Rusia. Sin duda, un lío todo esto de las salsas, pero todas tienen algo en común.

Los mejores vinos para las mejores salsas

Textura líquida o un poco más espesa con una consistencia que permite verter y extender. Mucho sabor conseguido a través de una combinación de salsas, especias, sal e, incluso, azúcar. Por eso, sus ingredientes suelen ser variados siendo el tomate uno de los más habituales. También tienen la capacidad de unirse a los alimentos. Forman parte de ellos creando una experiencia única… ¡Exactamente igual que el vino y ciertos licores! Por cierto, que no solo para acompañarlos, sino que además son parte fundamental de muchas salsas como la barbacoa…

Salsa barbacoa con costillas, pollo, pulled pork y Tinta de Toro

Eso sí, criado en barricas de bourbon para convertirse en un maridaje tan despiadado como un forajido y más alegre que un can can… ¡Como en una peli de indios y vaqueros! Y es que el origen de esta salsa se encuentra precisamente en las poblaciones indígenas del Oeste Americano. Uno de los orgullos nacionales. Tanto que hay tantas versiones como Estados en el país. Siempre la misma base de tomate, azúcar, vinagre, especias, chiles o pimientos y sal, pero cada una tiene su estilo personalidad. La más habitual es la de estilo Kansas City característica por su textura más espesa y sabor a melaza. También hay versiones internacionales y en Corea lleva soja y sésamo.

Salsa de soja con todo tipo de cocina asiática y Godello de Cantabria

Cuestión de contrastes con el verdadero comodín de la cocina asiática. Se utiliza para casi todo, aunque la mayoría de las personas lo usan solo para mojar el sushi. Además, tiene relación con el vino e ingredientes sencillos. Habas de soja, sal, agua y, en algunos casos trigo, pero la clave está en la… ¡fermentación! Para adobos de carnes y marinados de pescados y por su versatilidad para la elaboración de otras muchas salsas como la teriyaki. Esencia de la gastronomía asiática… en platos salteados en wok como arroces, fideos y tallarines… ¡Hasta en la sopa, literalmente! Eso sí, hay que tener en cuenta que las hay de varios tipos: oscura, clara y dulce que contiene azúcar. Lo que no cambia es su maridaje, Godello tan fresquito como la Costa de Cantabria. Perfecto maridaje de vinos y salsas.

Salsa de queso azul para entrecot, solomillo y Tempranillo con mucho ritmo

Sabores de alta intensidad. El del Tempranillo, también de Toro y el de las salsas de queso azul. El maridaje de vinos y salsas más habitual es el Roquefort francés o el Gorgonzola italiano para acompañar a platos de pasta, pero si se habla de distinción no hay ninguno que se le iguale al Cabrales asturiano. De textura suave, pero de sabor fuerte. Perfecto para crear contrastes. También lleva mantequilla, ajo y vino blanco o brandy, pero esto último es opcional. Lo que es obligatorio es disfrutarlo además con todo tipo de carnes, ensaladas… y para rebañar con pan hasta la última gota, pero siempre en su justa medida. Ni mucha ni poca. Sencillamente fascínate. Inigualables todas.

Otros maridajes de toma pan y moja para salsas y aderezos

Hay muchas más y todas tienen su vino. Además, maridarlos es de lo más sencillo para la de curry, ya sea cordero o pollo, nada más exótico que un Gewürztraminer y para la Béarnaise hecha a base de yema de huevo, mantequilla, vinagre y estragón, nada más perfecto que Syrah si acompaña a carnes asadas o Chardonnay si es con pescados. A partir de aquí la cosa se puede ir complicando, pero todas, absolutamente todas tienen su maridaje. ¡Hasta la de fresas que combina a la perfección con un Riesling o un Moscato! Para la Salsa de Chipotle, por supuesto, Malbec; Pinot Noir para la de champiñones y si es un pesto… ¡Sauvignon blanc! Grandes ideas de maridaje de vinos y salsas, y lo mejor de todo es que todos estos vinos y muchos más se pueden encontrar ya mismo en CataTú al mejor precio, directo de la bodega y en menos de 72 horas. ¡Toma pan y moja!