Maridaje de vinos y salsas. Sorprendente lo de los vinos y las salsas. Ambos tienen mucho más que ver de lo que puede parecer. Casi, casi se podría decir que hacen magia porque son capaces de convertir al plato más normal en una experiencia realmente extraordinario. No importa si se trata de carnes, pescados, huevos, verduras o, incluso, unas simples patatas fritas. Todos se vuelven de repente irresistibles.
Tampoco se puede decir que sean algo nuevo porque la de soja se remonta en el tiempo a más de 2.500 años. Eso sí, a pesar de su antigüedad no es la más consumida en el mundo. Ese honor se lo lleva, sin lugar a duda, el kétchup. Le pasa un poco como al bacon, que va con todo. Lo más habitual, las hamburguesas y los perritos calientes, pero también al pollo, albóndigas, salchichas, huevos… por haber hay quien incluso se lo echa hasta al yogur.