
Vino y alcachofas y es que algo tienen las alcachofas que casi desatan las mismas pasiones a partes iguales. O se aman o se odian, incluso para maridarlas. No hay punto medio, lo mismo que en su elaboración. Así de sencillo y tiene una mitológica explicación… Blanca de Tudela, Violeta de Provenza, Madrigal o Camus de Bretaña, y hasta la de Belicarló que tan buen gusto da a arroces y paellas.
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Vino y alcachofas: maridajes para sorprender.
Todas diferentes y con algo en común. Relación agridulce. Manjar de dioses, pero de los antiguos de verdad. Y es que su nombre científico ya lo dice todo: Cynara. La hermosa doncella de la que se enamoró Zeus y a la que se llevó al Monte Olimpo para hacerla inmortal. Pues ella que no estaba muy por la labor terminó escapando y al final la convirtió, precisamente en alcachofa. Flor, al fin y al cabo, pero de sabor dulce y amargo como el propio amor.
Maridajes para alcachofas con mucho corazón
Al igual que su corazón, lo mejor de la hortaliza siempre se puede encontrar en el interior. Por cierto, igual o más delicado y sensible que el amor en su preparación. Se marchita y oscurece con gran facilidad. Sin embargo, sus beneficios son innumerables: Rica en fibra e hipocalórica.
Sabrosa y natural ayuda a regular el nivel de colesterol y eso tiene mucho que ver con el corazón. También es depurativa y contiene gran cantidad de nutrientes esenciales como calcio, hierro, vitamina A, vitamina B12, vitamina C… ¡La lista sería interminable!
No es de extrañar por tanto que otro gran enamorado como Pablo Neruda le dedicara una oda. Si es que hasta la popular actriz Marilyn Monroe fue coronada en 1948 Reina de la Alcachofa en el Festival de Castroville de Califormia. ¡Le sobran los motivos para el reconocimiento!

El mejor cava del mundo, Mascaró Pure
Tan completo como matizado y tan tónico como seco, se trata de un reserva equilibrado y con carácter que no deja a nadie indiferente. La más pura tradición del cava.
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Los mejores vinos para no terminar rompiéndole el corazón a la alcachofa
Y ya se sabe lo que pasa con este tipo de relaciones… Al final se pueden acabar complicando a la hora de disfrutarlas.
De hecho, la palabra alcachofa procede del árabe al-kharshûf que vendría a significar algo así como palo de espinas. De las que pueden acabar lastimando, hiriendo o haciendo algo de daño. Así que, ni flor, ni tampoco vegetal u hortaliza.
Lo único cierto es que es originaria del Norte de África y por allí de vino poco. Por eso, es uno de los maridajes más complicados, pero más que nada porque no hay quien se ponga de acuerdo. Así, que el mejor consejo puede ser precisamente no seguir ninguna regla.
Si no hay dos alcachofas iguales ni todos los amores son idénticos, por eso lo mejor siempre pude ser dejarse llevar. Bueno, a lo mejor solo una, la de no tomarlas con tinto salvo si son hervidas.

Palo Cortado Gran Barquero, otro gran maridaje
Uno de los tesoros del vino español es el palo cortado, por su calidad y su exclusividad, y este palo cortado está considerado entre los mejores del mundo.
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Formas de preparar las alcachofas.
La forma más tradicional de prepararlas, pero hay muchas más. Del aperitivo a la cena pasando por la hora de la comida con platos más contundentes. ¡Cómo para no enamorarse de la sabrosa alcachofa!
En tempura y como pinchos con relleno de bacalao y pimientos; confitadas con tomates cherry y atún; y hasta guisadas con almejas o gambas.
Les va el mar y también la carne. Por eso, la forma más habitual de disfrutarlas es con una sencilla vinagreta o salteadas con jamón.
También a la catalana que añade pasas y piñones para aumentar aún un poco más los contrastes de sabores y texturas. Tan fascinantes como los vinos para acompañarlas.

San León Manzanilla, esencia del Barrio Bajo de Sanlúcar
Manzanilla de Palomino fino con todos sus matices yodados y la frescura de su tradicional método de elaboración por soleras y criaderas. Sedosa, compleja y delicada, esencia de Sanlúcar.
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Maridajes, vino y alcachofa, cavas, generosos, sobre lías…
Acertar es más fácil aún que cocinarlas. Lo mejor siempre son los llamados vinos tranquilos como Finos, Amontillados o, incluso, cavas, pero tampoco es necesario seguir siempre las reglas.
Igual que a la hora de elaborarlas. Admiten casi de todo como una salsa holandesa o rehogadas con queso y, sobre todo, como complemento dan un sabor inigualable a casi cualquier plato.
A las lentejas, a los guisos de patata, a las pizzas y hasta a risottos y todo tipo de arroces y paellas. Lo saben bien en Valencia… Todo lo que sea necesario para mantener la llama de la pasión por la alcachofa y sus corazones siempre tiernos.