La crianza biológica del vino

Crianza Biológica. Este tipo de crianza de los vinos también conocido como crianza bajo velo, es un proceso natural que sólo se da en algunas regiones concretas de España. La zona más conocida es el marco de Jerez, pero existen otros lugares como la zona de la DOP Montilla-Moriles, el Condado de Huelva, Lebrija en Sevilla o en contados lugares de la DOP Rueda.

La fermentación de los vinos de crianza biológica

Esta fermentación ocurre una vez ha terminado la fermentación alcohólica de los vinos. Y para que ocurra de manera espontánea la crianza bajo velo, los vinos deben tener una graduación alcohólica de 15 grados.

Graduación de manera natural

Esta graduación, cuando se puede conseguir de manera natural, cosa poco habitual, son los vinos tipo Raya, y si no, se le añade alcohol vínico hasta llegar a esa graduación.

Llegar de manera natural a los 15 grados de alcohol por litro es más común en Montilla con su variedad Pedro Ximénez, mientras que en las otras zonas como Jerez o Huelva y la variedad palomino, se pueden llegar a los 12 ó 12,5 grados de alcohol en la primera fermentación.

Almacenarlos en barricas o botas de calidad

Una vez los vinos tienen la graduación alcohólica necesaria, se introducen en barricas o botas de vino de una capacidad de 550 litros donde se rellenan hasta dejar un sexto de la capacidad de la barrica sin rellenar para que exista una cámara de oxígeno.

Levaduras Saccharomyces

A los dos o tres días, en esas barricas y a una temperatura aproximada de 18º, que se consiguen de forma natural por la arquitectura de las bodegas de crianza biológica, y por sus suelos de albero, que mantiene la temperatura constante en todas las épocas del año, aparece un velo blanquecino, casi de color crema, formado por levaduras de una familia llamadas saccharomyces.

Evitan la oxidación de los vinos

Estas levaduras para poder sobrevivir, consumen alcohol, glicerina, ácido acético y otras sustancias. Además, este velo de flor aísla el vino del oxígeno, haciendo de barrera protectora que evita la oxidación de los vinos.

Hacen vinos únicos y con toques mágicos

Estas levaduras, al consumir dichos elementos, producen en el vino unos cambios que les aportan las propiedades que les hacen únicos e irrepetibles, como son la ausencia total de azúcares residuales, haciéndoles muy secos y provocando que notemos los toques salinos de los vinos de manera más clara. También producen que la nariz del vino sea mucho más punzante y que su color sea amarillo pálido, así como su boca sea suave y elegante.

Saca de las barricas inferiores

Para realizar este vino se utiliza un sistema de criaderas y soleras que es una forma dinámica de crianza. Y decimos dinámica porque los vinos finos no provienen de una sola cosecha, sino que cada año se realiza una saca de las barricas inferiores, donde el vino, después de 5 años de crianza, ha adquirido las propiedades necesarias para ser un gran vino. Y en las barricas superiores se renueva la salida del vino, con vinos del año en curso.

Sensible a los cambios de temperatura

Siempre se ha dicho que los vinos finos no tienen mucha longevidad y que una vez embotellados tardan poco tiempo en perder sus propiedades. Pero, esto es así, porque no se han mantenido adecuadamente, ya el vino fino es muy sensible a cambios de temperatura.

Transporte de vinos en condiciones optimas

Es por eso que en catatu.es cuando un cliente adquiere un vino fino lo transportamos en camiones refrigerados desde la propia bodega hasta los hogares de los clientes para que puedan disfrutar toda la magia del vino fino como si estuvieran en la bodega, y con unos consejos adecuados para mantener el vino en casa se puede conseguir disfrutar durante tiempo de los vinos finos de las regiones de España.

Nuestra conclusión

La conclusión más clara que podemos sacar, es que los vinos de crianza biológica son unos vinos únicos, un tesoro de nuestro país, que podemos disfrutar de forma sencilla, ya que son muchas las bodegas que las elaboran y que podéis encontrar en catatu.es.