Verduras y vino: maridajes para los que están más verdes.

Verdura y vino. ¿Te gustan las acelgas con jamón? ¡Hombre!, también sin acelgas. Y es que ya se sabe que… en la mayoría de las casas de lo que come el grillo, más bien poquillo. Gracioso, pero poca broma con las verduras porque si quieres ver a tu marido morir, dale berros en abril.

Acelgas, espinacas, coliflor, brócoli y hasta calabacín… A todas les pasa lo mismo y un poco como al vino que con la edad gustan y se aprecian más. No hay que engañarse, a las verduras se les coge tanta manía de pequeños que luego es algo que cuesta lo suyo quitársela de encima. Lo del no te levantas hasta que no te acabes el plato solo pasa con el pescado y los vegetales. Curioso, pero nunca con los chuletones. Recuerdos que quedan para siempre a no ser que precisamente se alegren con vino.

No, la verdura no es aburrida.

Verduras y vino convierten cualquier plato en divino

Solo así se puede entender lo de olla sin verduras, ni tiene gracia ni hartura. Desde luego que de las verduras se dicen muchas cosas y lo mejor de todo es que algunas han sido comprobadas científicamente. Aquí van algunas: con huerta y verdura, alejas la sepultura y que se lo recuerden al marido de los berros de abril; y con verde, pimiento y pepino, tendrás el tipo fino.

Importantes en la dieta mediterránea y tan ciertos como que ese otro que dice que el aceite de olivar espanta el riesgo cardiovascular. Sea como sea para gustos colores y este es verde que te quiero verde.

Y más si se disfrutan con vino que es capaz de transformar cualquier plato en algo espectacular. Tan sencillo como elegir el adecuado para que recetas tan sencillas como judías verdes con tomate o acelgas rehogadas nunca vuelvan a ser las mismas.

Espinacas con bechamel y Tempranillo joven de Ribera del Duero, rompiendo las reglas

Tampoco hay que pensar que lo de verduras y vino es tan sencillo como lo de tinto con la vaca y blanco con espinacas… También puede ser al revés. Eso sí, es la verdura más consumida en China desde el siglo VII cuando se le atribuían propiedades medicinales y en Estados Unidos en los 80. Y es que al verlas es difícil no pensar en eso de Popeye el marino soy, marino de profesión y en su mujer Olivia…

Por cierto, no mentían. Por su alto contenido en proteínas es perfecta para ganar músculo y lo mejor es que hay muchas formas de prepararlas. Sin duda, una de las mejores es saltearlas con pasas y piñones, pero al precio que está estos últimos, mejor con bechamel.

Eso sí, bien gratinadas al horno y aceite para las espinacas y vino del de la tinaja.

Judías verdes con tomate y rosado: maridaje solo para auténticos frikis

La peor pesadilla para la cena de los niños y de los que no lo son tanto, aunque no sea el hervido tradicional de judías verdes, patata y cebolla. Por cierto, de este modo también están fenomenal con su chorrito de aceite y todo.

De los pocos productos de huerta que crudas son tóxicas, pero que durante la cocción se convierten en un auténtico manjar digno de los más frikis de la verdura y el vino. Mejor crujientes que blandas y el tomate que sea siempre natural. Lo más importante es su versatilidad: frías con vinagreta o mayonesa o calientes con pimientos y un poco de jamón.

También rehogadas y con huevo frito para que sean de toma pan y moja. Perfectas como acompañamiento tanto de carnes como pescados y más con un refrescante rosado. No es solo cuestión de color, pero verde que quiero judía verde.

Acelgas rehogadas y fino de Montilla Moriles, placer divino

Pues para rehogado este. Seguro, que a estas alturas a más de uno se le ha quedado cara de acelga con los maridajes.

No hay motivo para extrañarse tanto porque a las verduras como al vino les gusta casi que de todo.

Sí, acelgas benditas, por el día tronchos y por la noche hojitas. Y, por supuesto, eso es de lo mejor que tienen, es que se aprovecha todo. ¡Hasta la raíz hervida va bien para el hígado!

Eso sí, lo más difícil arreglarlas, como se le dice al limpiarlas. Y es que si no se conoce bien la técnica se puede tardar más que en vestirse para cenarlas. Cortar y tirar y así todo el rato. Solo así se quitan las hebras.

Más sencillo que encontrar una aguja en un pajar. Solo hay que seguirlas el hilo. Lo de luego ya es coser y cantar. Ajo, recordar siempre que pimentón quemado, pimentón tirado, y fino de Montilla para convertir la experiencia en algo único

Maridajes de los de verde que te quiero verde

Y aún hay muchas más verduras y vinos para maridar. Tampoco hay que olvidar el calabacín que en crema están fenomenal; las berenjenas rellenas de carne con su queso bien gratinado o la coliflor que solo con mayonesa y un Verdejo se convierte en una experiencia superior.

Lo del brócoli es algo más nuevo, aunque lleva ahí desde tiempo de los romanos. Tanto es así que a las parejas recién casadas en la Edad Media se les regalaba un caldo de este vegetal y ya cada uno que piense el por qué… Sí, lo de verdura y vino puede ir incluso más allá de los sentidos si se combinan bien y en CataTú están todos para acertar siempre por muy verde que se esté en el tema.

Directos de bodega y al mejor precio. Por cierto, otra de las ventajas de estos saludables alimentos. Maridajes, siempre de la forma más natural.