Vinos para croquetas. Crujientes porque eso es lo que significa croquette en francés. Uno de los bocados más antiguos y apreciados del recetario español tiene su origen al otro lado de los Pirineos.
La tercera tapa más consumida en España tan solo por detrás de la tortilla de patata y de las bravas. No es para menos porque de media se estima que al año se comen unas 150 por persona y que cada eche las cuentas a ver si le salen. A muchos les parecerán pocas, pero todas juntas en línea recta sumarían algo más de 5 metros. O, lo que es lo mismo, la altura de una casa de dos pisos o de una jirafa adulta. Y es que la reina de la cocina de aprovechamiento gusta y mucho porque dentro cabe de todo. Sin duda, las favoritas son las de jamón ibérico, pollo o cocido…
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Croquetas y vino: maridajes divinos
Pero hay muchas más. De setas como boletus o champiñones; de pescado y ahí el bacalao es el líder; de otras carnes como rabo de toro, chorizo, morcilla, jamón york… La lista sería infinita y eso sin contar con las de queso cabrales, gorgonzola o idiazabal.
Sí, croquetas con denominación de origen como los vinos con los que maridarlas. También gustan y mucho las de mariscos como gambas, changurro, carabineros y ¡hasta de chipirones!
Y las de verduras cada vez ganan más adeptos. No es tan sencillo como parece porque también las hay de lo más curiosas e inspiradas en otros platos tradicionales. Aquí van algunas ideas para los mas innovadores: fabada, huevos fritos con chorizo, tortilla de patata, cachopo y, por supuesto, no podían faltar de paella.
Los mejores vinos para croquetas (sean del sabor que sean)
Y esto ya es algo que recuerda al arancini italiano. Bolas de arroz rellenas de queso pecorino o parmesano y huevo, bañada en azafrán y frita en aceite de oliva.
Tampoco hay que pensar que es solo cosa de España (o Francia). Las hay por todo el mundo, pero la diferencia es que no en todas se usa bechamel… En Japón las llaman korokke y las fríen hasta que queden muy tostadas. Luego están las kroketten holandesas que tienen forma de salchicha; el crocchè napolitano, la aloo tikki india, la coxinha brasileña, la bomba barcelonesa e, incluso, el falafel o la causa limeña podrían considerarse como croquetas.
Sea como sea, las mejores siempre son las de la abuela y eso es fundamentalmente porque al hacerlas no cometen algunos de los errores más frecuentes:
Vino como lo harían los abuelos.
Delicioso, los aromas y sabores de toda la vida a los que Hacienda Grimón incorpora las más modernas técnicas de vinificación para hacerlo como el abuelo, cálido y lleno de sensaciones, y poder viajar así al pasado.
PRECIO POR
BOTELLA:
11.00€
Croquetas de jamón con Garnacha Tintorera
Es decir, algunos de los errores más frecuentes: relleno, rebozado, fritura o un vino inadecuado para disfrutarlas.
Ingredientes siempre de calidad y, por supuesto, el jamón ibérico. Pasa un poco lo mismo que con el vino a la hora de cocinar.
Nunca hay que echar en la olla un vino que no se beba en la copa.
Pues lo mismo con las croquetas y la bechamel a mano. La clave está en poner la misma cantidad de mantequilla que de harina y luego la leche que vaya pidiendo. Si usar cebolla o la cantidad justa de carne va por gustos, pero lo que no debe faltar nunca es un tinto de garnacha para acompañarlas. Por cierto, más del 60% de las croquetas que se consumen son de jamón y, ¡será por algo!
Galán de noche y también de día
Garnacha Tintorera de lo más galana. Suave y delicada, pero también apasionada. Todo mimo para extraerle la máxima pasión. Vendimia manual, triple selección y prolongada, aunque delicada crianza de más de 10 meses en tinos de roble francés
PRECIO POR
BOTELLA:
7.99€
Croquetas de bacalao y Palomino seco
A la hora de hacer croquetas la forma y el tamaño importa y mucho. Sin embargo, con las de bacalao se admiten ciertas licencias. Por cierto, de las más sabrosas, aunque no a todos gustan.
Redondas como albóndigas y no hay que confundirlas con buñuelos. Así, salvo esta irresistible excepción lo normal es que no tengan más de 2 centímetros de diámetro y 3,5 de largo, pero antes de sacar la escuadra y el cartabón hay un truco más sencillo.
Exactamente la cantidad de más que cabe en una cuchara sopera y tres capas de rebozado (harina, huevo y pan rallado) para que queden extra crujientes. Más sencillo es maridarlo. Por su toque salino, mejor un palomino.
Vino blanco fresco y vibrante de la Sierra de Cádiz.
Vino blanco afrutado muy fresco, con mucha vida y con el toque mágico de la albariza y el Atlántico. Desde 1864, Bodegas Rivero elabora de forma artesanal, vinos blancos, rosados y tintos, siendo la bodega en activo más antigua de la Sierra de Cádiz.
PRECIO POR
BOTELLA:
7.10€
Croquetas de boletus con un Tempranillo joven
Del mar a la tierra pasando por la freidora porque lo que está claro es que nunca se debe meter una croqueta en el microondas. ¡Jamás! Siempre mejor con aceite de oliva virgen extra y lo más importante es que esté bien caliente. A 180ºC o menos (150ºC) si es que están congeladas. Otras de las claves es no meter muchas a la vez en la sartén. No solo bajarán la temperatura de golpe, sino que no se harán bien y para darles la vuelta lo mejor es la cuchara.
Por cierto, cuidado con las de boletus en seguida se oscurecen. Delicadas, pero de intensos sabores. Por eso, la forma más recomendable de comerlas es, por supuesto con los dedos, y con un tinto joven. Si es de tempranillo, mejor.
Vino de vinos de Autor de Señorío de Orán
Vino de autor y de Tempranillo, pero con tres elaboraciones muy distintas. Maceración carbónica, tradicional y con fermentación en barrica durante 6 meses.
PRECIO POR
BOTELLA:
6.95€
Y de postre… más croquetas y vino, pero dulces
Todo un placer para chuparse los dedos, pero para los que crean que ya lo habían visto todo en lo que a croquetas se refiere… aún hay más. De oreo con chocolate blanco, de cheesecake, de Nutella, de brownie, de manzana y pistacho…aromas y colores diferentes.
Es más, además las hay especiales para perros y poder compartir esta auténtica pasión gastronómica con toda la familia.
Las posibilidades son casi infinitas. Tantas como los maridajes para disfrutarlas aún más y en CataTú está la más amplia selección, al mejor precio y directo de bodega, para que sea cual sea el relleno de la croqueta, forma o fritura, se encuentre el vino perfecto para acompañarlas. Por supuesto, también dulces.
La máxima dulzura de la Señorita Irene
Las mejores uvas Pedro Ximénez pasificadas y envejecidas por largo tiempo en botas de roble americano en las soleras centenarias de Francisco Yuste de Sanlúcar de Barrameda son necesarios para elaborar los más auténticos besos de la Señorita Irene. Llenos de máxima dulzura.
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11.22€