Vinos de verano (y si es menester para todo el año)

Vinos de verano. Frío, frío o más bien fresquito, fresquito… En verano sigue apeteciendo legumbres, pero no en cocido, sino más bien en ensalada. Lentejas, garbanzos y alubias, pero nunca calientes. Sin duda, una de las sensaciones más refrescantes de los meses más cálidos del verano.

Hay muchas y todas de lo más sanas. Eso sí, hay vida más allá de la rusa que, por cierto, poco tiene que ver con la de este país. Allí la toman, por supuesto, sin mayonesa, aunque también lleva patata, huevo, pepinillos y sobre todo carne de venado y salchichas. Lo mismo pasa con las sopas. Gustan, pero sin fideos ni hirviendo. Más bien directas de la nevera y no todo es gazpacho y salmorejo. Existen muchas más donde elegir porque ya a finales de agosto, de tanto tomarlas, empiezan a repetir y no es, precisamente, por el pepino.

Lo saben aquí y en la China, en verano hay que adaptar la gastronomía según van subiendo los termómetros.

Tanto es así que hasta en japón al tradicional ramen lo cambian de nombre por el de somen. Muy parecido, pero frío, frío. Bueno, en realidad, así se llama a los fideos, pero con los calores da un poco igual. Pues eso, pasta de harina de trigo con una tsuyu de caldo a base de dashi, igual que la versión caliente y se puede decorar con un huevo duro y condimentar con jengibre, cebolleta y hojas de shiso.

Sin embargo, no es de las recetas más raras de verano… porque para curiosa la Meggyleves. También, sopa fría, pero de guindas. Parece un postre, pero se toma de entrante. Y aquí es donde empiezan los problemas, ¿con qué maridarlos? Sí, porque el vino sigue apeteciendo y mucho, pero siempre bien fresquito.

Maridajes tan frescos como beber de un botijo

Más fresquito que beber de un botijo. Tiene su truco como lo de los abanicos. Tan sencillo como eso y a la vez tan complicado como desalar bien un bacalao. El que lleva la exqueisada. Un soplo de aire fresco en la gastronomía catalana. Después más fácil… Solo hay que añadir los vegetales y aceitunas negras, aunque la clave está en el aliño.

Y es que ya se sabe que el vinagre y el vino… ¡no son grandes amigos! O eso se ha dicho siempre porque aquí van algunos de los maridajes más refrescantes. Alegría en la mesa con los vinos de verano (y si es menester todo el año).

Ajoblanco y Moscatel de Málaga (aunque lo llamen de Alejandría)

Fresco parece, ajo no es… porque si por algo se caracteriza el ajoblanco es que lleva de todo menos eso. Por tanto, tranquilos todos a los que les preocupe lo del mal aliento. Almendras molidas, aceite de oliva, agua, vinagre y sal… Pues eso, ni rastro de ajo. La alternativa perfecta al gazpacho y al salmorejo que sí lo tienen. Incluso más dulce, suave y cremosa. Almendras molidas y a las que solo se añade aceite de oliva, agua, sal y vinagre. Eso sí, prepararlo tiene tanto truco como su maridaje. Lo más adecuado un moscatel, pero seco y mejor aún si es espumoso. Aún mayor sensación de frescor. Por cierto, Apiane es Málaga y si la cosa va de playas hay que esperar a las de Cádiz y sus vinos de verano.

Ensalada campera y Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda

Siempre que aparece una receta con patata y tomate da que pensar sobre lo que se comería en Europa antes del descubrimiento de América.

Lo mismo pasa con el chocolate, pero esa ya es otra historia. Sea como sea, la reina de las ensaladas de verano. Tanto en casa como en la playa, con permiso de la rusa. También de la mixta, pero son más una entrada o un acompañante que un plato en sí mismo.

Comida completa porque luego solo hay que añadirle, cebolla, pescado en conserva, aceitunas negras y hasta pimiento rojo y verde. Para gustos colores y de eso tiene mucho.

¡Cuidado!, porque la clave del maridaje está siempre en la cantidad de vinagre. Por eso, y en cualquier caso hay uno que nunca falla: la manzanilla de Sanlúcar o el fino de Jerez.

Melón con jamón y un rosado disfrutón

Y para postre fresco, fresco… ¡el melón con jamón! Moderno y vanguardista, pero con mucha historia. Tan sencillo como eso. Sin embargo, que el jamón sea del bueno. Por supuesto, mejor siempre si es de Trévelez con el frescor de Sierra Nevada. No todo vale para un postre que siempre se ha considerado de lujo y no hace falta probar las versiones del Bulli o el Celler de Can Roca para disfrutarlo.

Eso sí, allí sus versiones también suenan de lo más apetecibles. Consomé de ibérico con esferificaciones de melón o el consomé con granizado de esta misma fruta. Más arriesgado que estas creaciones es el vino con el que tomarlo y un rosado disfrutón también puede ser una gran solución… Mar y montaña, los contrastes de los vinos de verano.

Otros vinos de verano que son como un soplo de aire fresco

Gazpacho andaluz, salmorejo cordobés, salpicón de marisco, moje y pisto manchego, pulpo a la gallega, zorongollo extremeño, chipirones afogaos, boquerones en vinagre, paella valenciana o fideúa alicantina y, por supuesto, horchata valenciana con fartons.

Todos apetecibles con estos calores, ¿verdad? Blancos, rosados, cavas, espumosos y también tintos. Pues, ya no hay por qué preocuparse por el maridaje.

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